viernes, 22 de marzo de 2013


 Del por qué no copiarnos del mejor modelo de 

 educación del mundo

Por: Eryka Cifuentes

Sencillamente porque no somos nosotros. 
Copiarnos nos  hará ajenos, casi casi que disfrazados y no producirá realidades sino apariencias pero voy a presentar unos argumentos  del por qué no lo considero una buena idea.

Unas 600.000 personas viven en la propia ciudad de Helsinki (31 de enero de 2012),2  y el área metropolitana (municipios de Helsinki, Espoo, Vantaa y Kauniainen) tiene una población  de un millón de habitantes en total.  Bogotá, en el 2010,  tenía una población de 7.363.782 habitantes y 7.347.795 en el área urbana,1 según la SED (secretaria de Educación del Distrito) en Bogotá los menores de 18 años son casi la tercera parte de la población de Bogotá. Un promedio de 2.153.844 son niños, niñas y adolescentes es decir más de un 31.4% de la población[1]mientras que en Helsinki es menos del 16% de la población la que corresponde a este margen de edad. Hasta ahí vamos por mitades.

Helsinki es la capital de Finlandia, por si alguno no lo tiene claro, debo admitir que yo me demoré en la asociación.
 Los niños y niñas de Helsinki comienzan su educación cuando cumplen 7 años, antes de esta edad pueden asistir a guarderías donde el valor que pagan sus padres por el servicio de educación es correspondiente a su  ingreso, a los seis años existe un año de educación preescolar gratuita al que asiste casi que el 100% de los niños[2].Aquí tenemos las madres comunitarias cuya bonificación mensual no alcanza aún el salario mínimo y la prestación del servicio que ofrecen no logra ser el esperado aún.  

Los  recursos para la educación son financiados por los fondos públicos y el sistema de bienestar social en Finlandia. La provisión de servicios depende del Ministerio de Asuntos sociales y de sanidad y del Centro Nacional de Investigación y Desarrollo del Bienestar Social y de Salud[3], igual que aquí donde los recursos para la atención en educación se realizan de un porcentaje del Sistema General de Participaciones  de la Nación, sólo que con una distribución un poco más  discriminada de un porcentaje del que se deben descontar: 
las asignaciones a resguardos indígenas, no encontré datos sobre resguardos indígenas en Finlandia; porcentaje para municipios ribereños del río Magdalena, en Helsinky no hay río Magdalena; porcentaje para alimentación escolar, si señor usted lee alimentación.  El hambre representa un costo humano e infantil muy alto en un país no desarrollado como Colombia, el hambre es la causa de muerte de más de cinco millones de niños en el mundo cada año. Las estadísticas disponibles muestran que la desnutrición crónica (retraso en el crecimiento) y global    (bajo peso para la edad) se han reducido en Colombia en las últimas cuatro décadas, pero los avances son insuficientes para reducir el indicador a los estándares propuestos a las Metas del Milenio. El hambre y la desnutrición sufridos en los primeros años de vida pueden generar en una persona retraso mental y físico, limitaciones en su capacidad de aprendizaje y la disminución de su coeficiente intelectual [4], así que aquí tenemos que designar parte del presupuesto de educación a un rubro increíble denominado alimentación escolar. 
En Colombia el 12% de los niños entre 0 y 4 años presenta desnutrición crónica, este indicador es mucho más dramático en las áreas rurales del país donde es de un 17%, es de aclarar que Finlandia esta entre los primeros 20 países del mundo con los mejores criterios de supervivencia infantil o bienestar de las madres[5] de tal manera que la desnutrición no es un factor que los afecte.

 Sigamos con el porcentaje de distribución,  un porcentaje es destinado para el fondo Nacional de Pensiones de las Entidades territoriales. La ley  549 de 1999 creó este fondo con el objetivo de aprovisionar los recursos necesarios para cubrir el pasivo pensional; con esta aclaración  no seguí leyendo más porque igual no tiene cabida dentro del presupuesto de educación. 

Así que aquí y allá el dinero real que se trasfiere a cada estudiante tiene unas diferencias enormes entre lo que se asigna por niño en Helsinki y lo que se asigna en Colombia.


La ciudad de Helsinki no presenta diferencias significativas de estratificación entre sus ciudadanos así que la oferta de educación privada aunque es menor es similar en procesos y calidad a la pública. Las diferencias entre colegios privados y públicos en la ciudad de Bogotá son amplias y de conocimiento por la mayoría; y no hablo de mejores o peores hablo simplemente de diferentes.


Los fenómenos sociales han marcado grandes diferencias entre lo que es un valor o una necesidad básica. En Helsinki se concibe como una necesidad el aprender, mientras que en poblaciones  de nuestro país no se logra concebir como valor vital la educación o el aprender pues definitivamente es importante entender que entre nosotros existen otro tipo de necesidades básicas; por eso en nuestra educación pública se consideran programas como  los  comedores escolares con programas prioritarios como  comida caliente[6]  o salud al colegio.  


¿ Por qué no copiar un modelo como el de Finlandia en la educación colombiana?

 Sencillamente porque los requerimientos de nuestra sociedad son altamente distantes a los de Europa. 

Uno de los fenómenos sociales que movilizó procesos de educación en Europa fue la segunda guerra mundial, el triunfo de las revoluciones democrático-populares en varios países de Europa, el proceso de formación y fortalecimiento del sistema socialista mundial y la descomposición del sistema colonial, empezaron a consolidar un nuevo orden internacional ante la compleja situación de las aspiraciones de pequeñas “colonias” del Tercer mundo, de tal manera que el establecimiento de relaciones entre sociedad y escuela es muy distinto el Europeo al colombiano donde el orden social se vió afectado por fenómenos más recientes como el desplazamiento territorial,  los cultivos ilícitos y el paramilitarismo entre otros. Ejercer actos pedagógicos dentro de estos espacios constituía y aún constituye además de  un riesgo un reto en Colombia.


 El optimismo pedagógico que caracterizó a la década de los sesenta y que permitió el modelo de educación Finlandés actual,  se vió opacado por la imposibilidad de extender sistemas educativos en nuestro país por los miles de fenómenos sociales que nos acompañaron. En el país esfuerzos como el de la Escuela Nueva surgieron a mediados de los años setenta y evolucionaron desde una innovación local hasta convertirse en política nacional a finales de la década de los ochenta, cuando se implementó en mas de 20.000 escuelas rurales de Colombia .  Esfuerzos para el cubrimiento, retención de estudiantes y calidad de la educación en zonas rurales con Programas como los de la Escuela Nueva  han respondido a nuestras realidades sociales y culturales que se han alejado de las  necesidades de Helsinki.

La escuela de Helsinki lucha por eliminar la figura de autoridad del profesor, mientras que en Colombia deseamos posicionarlo como el “orientador” el “coordinador” el “rector” es decir: autoridad.

 En Helsinki ser profesor es tener una buena remuneración económica y un buen nombre social. En nuestro país  es mejor remunerado o tiene mayor poder adquisitivo por la labor realizada, un futbolista, un comerciante de san Andresito o quizás alguien vinculado a alguna fuerza armada legal o ilegal aquí la guerra e incluso las actividades al margen de la Ley pagan.


Las estrategias de cobertura son absolutamente lejanas, mientras en Bogotá disminuir las jornadas escolares responde a la realidad de  uno de cada dos niños de 5 a 6 años no va al preescolar en el país y en los niveles más altos si bien se atiende a casi toda la población no toda está en el sistema educativo, en Helsinki se tiene una cobertura de casi el 100% de la población de niños y jóvenes para educar. Los esfuerzos que en algún momento realizaron administraciones mostraron que los contratos que se realizaban con algunos colegios privados garantizaban también la ampliación en cobertura, sin embargo gobiernos recientes consideran que no es así, así que mientras los políticos deciden las estrategias que marcaran mayor cobertura en sus estadísticas, los niños colombianos se quedan fuera de la escuela.


En Bogotá tenemos un modelo de ciudad con una tasa de mortalidad infantil significativa.  La tasa de mortalidad de menores de cinco años es un indicador del estado de salud de una población en general, refleja el nivel de vida y el grado de desarrollo de un país[7]. De acuerdo con la UNICEF en su informe  Progreso, desde la cumbre mundial de la infancia la tasa de mortalidad de menores de 5 años es la probabilidad de morir entre el nacimiento y los 5 años exactos de vida por cada1.000 nacidos vivos. En el caso de los países industrializados, como lo es Finlandia   los datos provienen de los sistemas de registro de estadísticas vitales[8]. La tasa de mortalidad de menores de 5 años para el año 2000 fue determinada para Colombia como de 30 niños  por 1000 nacidos vivos mientras que para Finlandia fue de cinco niños por cada 1000 nacidos vivos notándose claramente que las causas de dicha mortalidad no coinciden para los dos países. El informe de la UNICEF reporta, y coincide con el de la OMS en el año 2000, en que  la mayoría de causas expresas de mortalidad infantil de los países menos desarrollados no existen en los desarrollados entiéndase entonces las causas de mortalidad infantil de Colombia no existen en Finlandia, razón más para establecer criterio de comparación y decidir no copiarnos.


En nuestra Colombia tenemos niños y niñas abusada sexualmente o sometidos a maltrato físico por sus padres madres o cuidadores adultos. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que 40 millones de niños sufren violencia en el mundo y en la Región de las Américas y el Caribe ésta se da en todas las formas. La mayoría de los menores sometidos a castigos corporales se encuentran entre los 2 y los 7 años de edad, aunque las edades más afectadas comprenden entre los 3 y los 5. [9]. De Helsinki no hay estadísticas al respecto.


La directora del Programa Internacional para la erradicación del trabajo  infantil Liliana Obregón, reveló que en Colombia hay cerca de 2 millones de niños y niñas trabajando y que la mitad de estos menores de edad no reciben ninguna remuneración económica por las labores que realizan, pero es de aclarar que deben hacerlo y no por opción sino por obligación. En Helsinki no se concibe la idea de un menor trabajador, existe la colaboración en los años iniciales en actividades cotidianas como la jardinería o la cocina pero jamás como obligación sino como parte de formación. Allá es de formación, aquí deformación.


Tenemos en Colombia embarazos de niños y niñas de 12 y 13 años, poca cobertura en vacunación, vulnerabilidad de derechos mínimos como al del nombre y a la ciudadanía con los casos de no Registro Civil de  menores, entre otros muchos mas males que nos aquejan. Por la  complejidad de estos problemas que caracterizan nuestra escuela definitivamente  insisto en que no podemos  copiar el modelo Finlandes.

 Helsinki no es Bogotá, digo yo.




[1] http://www.sedbogota.edu.co/archivos/Educacion_inicial/Primer_ciclo/2011/POLITICA%20DE%20INFANCIA%20Y%20ADOLES..pdf
[2] http://www.oph.fi/download/124281_sistema_educativo_de_finlandia.pdf
[3] http://www.xtec.cat/~ccols/finlandia/serveis/serveisesp.htm
[4] Programa Mundial de Alimentos, PMA, 2006. Serie de informes sobre el hambre en el mundo 206. El hambre y el aprendizaje, Panorama general, Roma, p.1;  FAO, 2004. El estado de la inseguridad alimentaria en elmundo 2004, Roma, pp 12-13; Departamento Nacional de Planeación – DNP, 1996 “ Plan Naional de Alimentación y Nutrición 1996-2005”, Documento Conpes 2847, versión aprobada Bogotá, p. 4
[5] http://www.savethechildren.es/docs/Ficheros/550/EL_MAPA_DE_LA_SUPERVIVENCIA_INFANTIL_2012_vOK.pdf
[6] http://www.sedbogota.edu.co/index.php/noticias-destacadas/2149-sed-asume-suministro-de-refrigerios-escolares-y-comidas-calientes-de-los-fondos-de-desarrollo-local.html
[7] http://www.scielo.org.co/pdf/bio/v29n1/v29n1a12.pdf
[8] http://www.unicef.org/spanish/specialsession/about/sgreport-pdf/sgreport_adapted_stats_sp.pdf
[9] http://www.amro.who.int/spanish/ad/fch/ca/si-maltrato1.pdf

miércoles, 20 de marzo de 2013

Para que vayan mirando

Conocer modelos de educación es importante, saber qué hacen los demás y cómo lo hacen es valioso, pero lo más importante es saber por qué lo hacen.
Les dejo para que vayan mirando y estamos hablando porque yo me levanté de la silla con un poquito de incomodidad al escuchar que Colombia desea seguir el modelo de Finlandia. http://www.youtube.com/watch?v=XpnGHre7r-8